El imputado admitió su culpabilidad en un juicio abreviado. Le impusieron 8 años de prisión por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo”.
La víctima desde mayo de 2023 se encuentra bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico. Intentó quitarse la vida por las situaciones que vivía con su padre.
El hecho por el que el hombre fue juzgado se inició el 31 de enero de 2024. En aquella ocasión, la mujer fue hasta la UFI Centro de Abordaje de Violencia Intrafamiliar y de Género (Cavig). Denunció que ese día a la madrugada, junto a su padre llegaron a su casa, donde también vivían sus tres hijas menores.
Estaba muy cansada y tomó la medicación para dormir que tenía recetada. En general dormía con sus hijas y su padre solo, pero esa noche durmió con una y el hombre con las otras dos.
La mujer sintió que la estaban tocando y luego que la penetraron. Tras despertarse, se encontró con que era su padre el violador. Lo empujó y salió de la habitación mientras que el hombre se fue hasta la cocina y se cambió.
La mujer se fue hasta lo de su hermana, quien le dijo que tenía que denunciarlo. Volvieron para la casa a sacar a las nenas del lugar. El acusado seguía en la cocina.
En este marco, les suplicó que no contaran nada: “Vengan, hablemos los tres, no hagan nada». No obstante, ellas fueron a hacer la denuncia.
Su padre las seguía y le rogaba para que guarde silencio: “Hija, no me hagás la denuncia, sé que estuve mal, perdóname. Se me metió el diablo en la cabeza. No me denuncies, me voy a ir de la casa”.
La víctima fue atendida por el médico legista y recibió un llamado telefónico de su padre en que insistió: “Hija perdoname, no sé lo que hice, se me metió el diablo en la cabeza. Cuidá a las niñitas y cuidate vos. Pronto vas a tener noticias mías. Las amo».
Finalmente, la Justicia de San Juan ordenó la prisión preventiva del hombre, hasta la que la sentencia a 8 años de cárcel quede firme.